El pasado 24 de enero encontraron el cuerpo sin vida del joven de 24 años, Moise Mugenyi Kabagamb, quien según la investigación policial y el testimonio de su familia fue brutalmente golpeado por los propietarios del quiosco Tropicália, en Barra da Tijuca, al oeste de Río de Janeiro, lugar donde trabajaba como ayudante de cocina.
Según el comunicado de la CUT Brasil, Moise solicitó el pago de sueldos adeudados, y a cambio recibió una golpiza por parte de cinco personas, una de ellas con un bate de beisbol, lo cual le provocó una muerte inmediata. La comunidad congoleña pide la judicialización de los responsables.
Resaltando que Brasil es signatario de convenciones que garantizan la protección de los derechos humanos, el pronunciamiento de la comunidad señaló: “Este acto brutal no solo manifiesta el racismo estructural de la sociedad brasileña, sino que demuestra claramente la xenofobia en sus formas contra los extranjeros”.
Las redes sociales han sido el espacio donde se volcaron los pedidos de justicia y los pronunciamientos de organizaciones como Amnistía Internacional, políticos y ciudadanos en general. Bajo el de hashtag #JustiçaPorMoise exigen que cese la violencia y el racismo en ese país.