María Helena André, directora de la Oficina de Actividades para los trabajadores (ACTRAV) de la OIT, resalta que la labor sindical es imprescindible para llevar a cabo las reformas de las Naciones Unidas y realizar progresos con miras a la obtención de los ODS.
Por su parte, la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo pone de manifiesto la importancia del multilateralismo y la necesidad de que la Oficina desempeñe su papel al asegurar la coherencia de las políticas en el sistema multilateral.
“Las organizaciones de trabajadores deberían ser más activas en los procesos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, y poner énfasis en sus experiencias, sus perspectivas en relación con la economía, el empleo y los trabajos, la protección social, el diálogo social y la negociación colectiva, la seguridad y salud en el trabajo, y las condiciones de trabajo en general”, indica el informe de ACTRAV.
Se propone que desde los sindicatos haya una predisposición para dotarse de las herramientas y conocimientos necesarios para influir en la elaboración, la aplicación, la supervisión y la evaluación de los Marcos de Cooperación de las Naciones Unidas.
Ante el avance del covid-19 y sus efectos en el mundo laboral, principalmente en América Latina, se perciben a estos acuerdos como alternativas para encarar los retos sociales y económicos a los que se han enfrentado las economías y los trabajadores, incluso, antes de la pandemia mundial actual.
