28 de marzo de 2024. | Nº de edición: 1149

Los trabajadores domésticos fortalecen su representación gremial en la región

La Fundación Hablemos de Trabajo Doméstico encara proyectos que buscan la transformación cultural para «la valoración y cambio de creencias sobre el trabajo doméstico y de cuidado».

Los pedidos por mejores condiciones laborales para las trabajadoras del hogar y la ratificación inmediata del Convenio 189, que contempla una serie de derechos y protección social para equiparar su labor frente a la de trabajadores de otros sectores, se han fortalecido a través de las campañas de asociaciones y agrupaciones en la región.

La “Fundación Hablemos de Trabajo Doméstico”, con sede en Medellín, Colombia, se ha dedicado a evidenciar el trabajo doméstico y de cuidado como un sector económico estructural, incentivando a la formalización laboral y las condiciones de vida dignas de las trabajadoras domésticas.

A través de proyectos que buscan la transformación cultural para «la valoración y cambio de creencias sobre el trabajo doméstico y de cuidado«, la organización que nació en 2011 ha sabido fortalecer la estructura gremial del trabajo doméstico en ese país.

Hablemos de Trabajo Doméstico

Andrea Londoño Sánchez, directora y Fundadora de Hablemos de Trabajo Doméstico señaló a Latam Gremial que, desde hace más de 10 años, este espacio encara proyectos junto con la alianza “Movimiento Social por los derechos del trabajo doméstico”, conformada por la Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico – Utrasd, la Fundación Bien Humano, la Escuela Nacional Sindical – ENS y la Fundación Fescol.

En ese sentido, destacó la importancia de los medios de comunicación y los ciudadanos y ciudadanas, quienes comparten a través de las redes sociales las campañas y actividades, evidenciando estas problemáticas y cooperando en el avance de la formalización laboral de las trabajadoras domésticas.

Londoño mencionó cuatro ejes fundamentales que garantizan un espacio digno y justo para el personal de limpieza y cuidados:

  • Garantizar que como mínimo se pague el mínimo.
  • Garantizar que se respete la jornada laboral de 8 horas diarias o no más de 48 horas semanales.
  • Garantizar la afiliación a pensión, caja de compensación familiar, ARL, salud, y pago de cesantías.
  • Por último, como está demostrado que un salario mínimo es insuficiente para un mínimo de bienestar para la familia de una empleada doméstica, se requiere complementarse con una renta básica o un mínimo vital, como política social del Estado.

 

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