La AFL-CIO, la federación sindical más grande de Estados Unidos, ha manifestado su preocupación ante la reelección de Donald Trump y su posible impacto en los derechos laborales.
En una declaración, su presidenta, Liz Shuler, señaló que el movimiento sindical mantendrá sus principios a pesar de los desafíos. “Defendemos la libertad de organización y el derecho a la negociación colectiva”, afirmó Shuler, quien también sostuvo que los valores del sindicalismo no cambian con las administraciones.
Shuler destacó la importancia de la unidad sindical para enfrentar políticas que podrían afectar a los trabajadores y prometió defender los derechos laborales: “Nadie —ni Donald Trump ni ningún CEO— puede detener la solidaridad”. La líder sindical subrayó que el Proyecto 2025, impulsado por Trump, apunta a debilitar a los sindicatos, un pilar en la defensa de los derechos de la clase trabajadora.
En un contexto de división política y desafíos económicos, Shuler sostuvo que los sindicatos continuarán su lucha en cada lugar de trabajo: “Cada contrato que negociamos es un paso hacia una economía más justa”.
La AFL-CIO ha dejado claro su compromiso de seguir apoyando a sus afiliados y de luchar por una economía más equitativa, confiando en que su movimiento resistirá cualquier intento de socavar la solidaridad y los derechos de la clase trabajadora.
