La organización regional publicó un informe que da cuenta de las graves consecuencias que, dejo el Covid-19 en las empresas frigoríficas de Brasil. Desde pésimas condiciones laborales, riesgo de contagios dentro de las instalaciones, hasta accidentes.
El informe que, fue publicado por el portal de noticias Brasil De Fato, evidenció que hay una fuerte presión por aumentar la producción debido a la demanda de carne brasileña por parte de países europeos, China y japón.
Según los datos publicados por la Secretaria de Comercio Exterior, en el mercado interno, la crisis económica redujo el consumo del producto un 5% en 2020, con 36 kg por persona. Mientras que la explotación de carne vacuna llegó a su tope máximo, con 187.000 toneladas en septiembre de 2021.
Es decir, mientras JBS aumenta sus ingresos a 7,58 mil millones en un trimestre y BRF tuvo un crecimiento del 24,6%, el salario neto promedio de un trabajador de ese sector está por debajo de los 1.500 reales.
Esto influyó en que, en el mercado interno la carne pase a ser un bien de lujo con un aumento en los doce últimos del 24,84%. Incluso, la organización sindical, señaló que el fin de las cuotas sindicales obligatorias, tras la reforma laboral, es un obstáculo adicional en las negociaciones con el empleador, ya que las organizaciones representativas están muy debilitadas y con 14 millones de desempleados, los sindicatos pierden poder de negociación.