En el marco del Día de Acción Mundial por la Amazonía, la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) a través de su Red Sindical Amazónica (ATUN), instó a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), a los gobiernos de los nueve países amazónicos y a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, a frenar la destrucción de la selva amazónica y garantizar mejores condiciones laborales para los millones de personas que viven y trabajan en la región.
La Amazonía, considerada el pulmón verde del planeta, enfrenta no solo la crisis climática, sino también profundas desigualdades en su mercado laboral, lo que agrava la situación social y económica de sus habitantes.
A través de un comunicado, la ICM destacó la importancia de integrar las demandas laborales dentro de las discusiones sobre el futuro de la Amazonía. “Queremos que la Amazonía se conserve, pero también queremos que sea económicamente viable”, afirmó Chico Mendes, reconocido sindicalista y ambientalista. El sindicato subraya que cualquier desarrollo en la región debe considerar tanto la sostenibilidad ambiental como la mejora de las condiciones laborales para los trabajadores amazónicos, quienes enfrentan altos niveles de informalidad y bajos ingresos.
La ICM propuso un plan integral que incluye la creación de una Agenda Amazónica de Trabajo Decente (AADW), con el objetivo de formalizar el empleo, promover la restauración forestal y asegurar la participación sindical en las decisiones sobre políticas públicas. Entre las solicitudes se destaca la necesidad de detener la deforestación ilegal para 2025, rehabilitar las áreas afectadas y fortalecer las normas laborales fundamentales, tales como la prohibición del trabajo infantil y la garantía de libertad sindical.
«El destino de la Amazonía es el destino de sus pueblos», concluyó la internacional, enfatizando la urgencia de crear un desarrollo inclusivo que beneficie tanto a la naturaleza como a los trabajadores que la habitan.