El anuncio del cierre de la Planta 14 de CONAPROLE en Rivera generó preocupación en la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), que advierte sobre una profundización de la desindustrialización en el norte del país, pese a que la cooperativa láctea mantiene elevados niveles de rentabilidad.
“CONAPROLE no está en crisis. Es una decisión política para concentrar la producción en el sur del país, sacrificando empleos de calidad y afectando el desarrollo territorial”, aseguró el dirigente Enrique Méndez en declaraciones al Portal del PIT-CNT. El dirigente denunció que, si bien no se despide a los trabajadores, se los obliga a una “mudanza psicosocial” de más de 400 kilómetros, afectando profundamente su vida personal y comunitaria.
La planta de Rivera —que en su origen fue la cooperativa Industria Láctea de Rivera— hoy procesa unos 20 mil litros diarios de leche en bolsa, un producto accesible para las familias de menores ingresos. Méndez señaló que “CONAPROLE desalienta su venta y la leche en caja no quedará regulada en precio por el Estado”.
En un encuentro con la ministra de Industria, Energía y Minería, María Fernanda Cardona, la FTIL expresó su inquietud por la centralización productiva y presentó propuestas para mantener operativa la planta. “Planteamos incentivos estatales para la producción en frontera y políticas diferenciadas para generar empleo y competitividad”, indicó Méndez.
Asimismo, reclamó una Ley de Lechería que garantice tierras accesibles y promueva nuevas cuencas productivas: “Cada vez se produce más leche con menos productores. Solo el 4,5% de las tierras del país se destinan a la lechería, y el 45% de ellas son arrendadas, lo que genera una enorme presión sobre los pequeños productores”.
En una asamblea general en Rivera, se anunció la convocatoria al Consejo Nacional de Delegados de CONAPROLE para el próximo 10 de julio, con el objetivo de buscar consenso para impedir el cierre definitivo de la planta.