El relevamiento arrojó que, en la actualidad, hay un 70% de mano de obra femenina y uno de los problemas más comunes es la precariedad laboral y el acoso.
El pasado 17 de julio, estudiantes y sindicalistas fueron atacados, golpeados, torturados, despojados de sus pertenencias y de sus documentos personales.
Los dirigentes que participaron de la jornada exigieron condiciones laborales que garanticen el trabajo digno y decente, mediante salarios justos, jornadas de trabajo compatibles con la vida personal y familias, entre otros.