En un documento suscripto por las principales centrales sindicales de Brasil, se rechazó la propuesta PEC 18/2011 Propuesta de Modificación de la Constitución de reducir la edad mínima para que los jóvenes de entre 14 y 15 años empiecen a trabajar como asalariados de tiempo parcial.
Las centrales sindicales argumentan que, la PEC 18/2011 contradice los tratados internacionales sobre trabajo infantil de los que Brasil es signatario, como el Convenio 138 y la Recomendación 146 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Además, expresaron que, el trabajo infantil es una grave violación de los derechos humanos que «impide o dificulta el desarrollo pleno, sano e integral de los niños y jóvenes de los sectores más vulnerables de la clase trabajadora, comprometiendo el acceso a la educación, la salud, el esparcimiento y la seguridad» y la “formación profesional cualificada”.
Según el IBGE, en 2020, casi dos millones de niños, niñas y adolescentes fueron sometidos a trabajo infantil, la mayoría de ellos, de ascendencia negra, son víctimas de racismo estructural, como destacan las organizaciones de trabajadores.
Un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señala que alrededor de un millón de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela en Brasil, siendo el trabajo infantil una de las principales razones por las que los adolescentes de 15 a 17 años no asisten a la escuela.
En el orden del día del pasado martes 9, la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJC) de la Cámara de Diputados, donde se encuentra en análisis la PEC 18/2011, aplazó su tratamiento para la próxima reunión.
Claudete Alves, presidente del Sindicato de Educadores Infantiles (Sedin) de São Paulo, señala que “el mero hecho de tener una propuesta en discusión en el Congreso para institucionalizar el trabajo infantil significa un gigantesco retroceso civilizatorio”. Para ella, «es fundamental que movilicemos a toda la sociedad para prevenir este mal con nuestros hijos».
Francisca Rocha (Professora Francisca), directora de CTB, secretaria de Salud de la CNTE y Asuntos Educativos de Apeoesp, sostiene que “la prohibición de la explotación del trabajo infantil por la Constitución de 1988 y por la ECA (Estatuto de la Niñez y la Adolescencia) de 1990 fue un logro importante para la valorización de la niñez y la juventud en el país”, por lo tanto, “tenemos que frenar este indecible retroceso”.
El documento fue suscrito por: CUT (Central Única de Trabajadores), Força Sindical, UGT (General Sindicato de Trabajadores), CTB (Central de Trabajadores y Trabajadores de Brasil), NCST (Nueva Central Sindical de Trabajadores), CSB (Central de Sindicatos Brasileños), NCST (Nueva Central Sindical de Trabajadores), CSB (Central de Sindicatos Brasileños), CSP-Conlutas, Intersindical (Central de la Clase Obrera), Centro de servidores e instrumento de lucha intersindical.
