La Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de las Américas (CSA) rechazó contundentemente el proyecto impulsado por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que busca flexibilizar la normativa laboral para permitir el trabajo infantil en condiciones precarizadas.
Desde su Red Continental Sindical de Combate al Trabajo Infantil, la CSA advirtió que esta propuesta, que ya cuenta con una aprobación preliminar en el Comité del Senado de Comercio y Turismo, representa un retroceso alarmante en la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Según la CSA, la iniciativa del gobernador DeSantis —que plantea reemplazar la mano de obra migrante deportada por menores de edad— «viola derechos fundamentales del trabajo» y contradice los convenios 138 y 182 de la Organización Internacional del Trabajo OIT. Estos instrumentos internacionales, recordó la confederación, establecen que la edad mínima para el empleo debe elevarse progresivamente y que los trabajos peligrosos, como los nocturnos o de jornadas extensas, están prohibidos para menores de 18 años.
El comunicado denunció que el proyecto legislativo eliminaría restricciones clave para proteger a los menores: permitiría trabajar más de 8 horas en días escolares, jornadas nocturnas y más de 30 horas semanales en periodo académico, además de quitar el derecho a pausas para descanso y alimentación. Para la CSA, esto “consolida un modelo de explotación que afecta directamente el derecho a la educación y al desarrollo integral de la niñez”.
En sus declaraciones públicas, DeSantis defendió la medida con argumentos xenófobos, afirmando que “Estados Unidos no necesita importar extranjeros” y que los adolescentes podían ocupar esos puestos de trabajo. Frente a esto, la organización expresó que “no se puede justificar el abandono de derechos fundamentales con discursos de odio y políticas de exclusión”, e instó a las autoridades estadounidenses a garantizar condiciones dignas y a no usar a los menores como solución a sus crisis laborales.
La CSA concluyó su declaración con un llamado a la comunidad internacional, y en especial a los Estados miembros de la OIT, para que rechacen públicamente esta iniciativa y redoblen los esfuerzos para erradicar el trabajo infantil en todas sus formas. “Permitir que los niños y niñas trabajen en condiciones inhumanas es un atentado contra sus derechos y una regresión inadmisible en materia de justicia social”, subrayó la red sindical.