El pasado 5 de noviembre comenzó el 14° Congreso Nacional del PIT-CNT en el Palacio Peñarol de Montevideo, con la presencia de los 1.143 delegados de 61 filiales. En el orden del día los principales temas fueron la renovación de autoridades, y la posible definición de un nuevo modelo de conducción colegiado.
Las comisiones de Finanzas, Autoconstrucción, Candidatos, Balance y Perspectiva ya funcionaban a primera hora. En la tarde y con transmisión “en vivo” por el canal de YouTube de la organización tuvieron lugar la aprobación del reglamento y la incorporación de delegados, más algunas comunicaciones oficiales.
Más tarde hubo lugar para homenajear a figuras trascendentes de la historia de la central y se recibieron los saludos de varias delegaciones regionales amigas. Fue en esta instancia que, Carlos Díaz, de la CTA de Argentina arengó en favor de echar a patadas a Luis Lacalle Pou.
También se presentó al plenario un informe sobre el número los avances en la validación de firmas para el referéndum contra la LUC. Las validadas superan las 500 mil y restan controlar 300 mil más.
Fernando Pereira abrió al plenario y presentó formalmente su renuncia a la presidencia y recordó algunas conquistas como las ocho horas para los trabajadores rurales y la ley de responsabilidad penal empresarial. Cabe recordar que Pereira competirá por la presidencia del Frente Amplio.
Hasta aquí el PIT-CNT fue dirigido por un presidente, vicepresidente y secretario general considerado como de la izquierda moderada dentro de la central y la renovación de autoridades representó un nuevo posicionamiento frente al gobierno.
No habiendo llegado al congreso con un acuerdo previo, la discusión fue muy amplia y tuvo lugar desde la tarde del viernes hasta la noche del sábado.
Las corrientes «Gerardo Cuesta», «En Lucha» y «Coordinación de Sindicatos» pusieron sobre la mesa tres documentos con sus posiciones frente al contexto internacional, nacional y la situación de los trabajadores y los sectores populares.
El documento de Cuesta hacía hincapié en el proceso político negativo iniciado con la Presidencia de Pou, la alianza entre el capital internacional y los agronegocios.
Se destacaba el proceso de referéndum de la LUC como medio para alcanzar un Congreso del Pueblo para la construcción participativa de un programa para las grandes mayorías.
En cuanto a la organización de la central, proponía una Mesa Representativa “lo más amplia y equilibrada posible”, con todas las ramas de actividad, así como representantes “del interior y la capital” y “en el desarrollo de la paridad de género”.
El documento de “En Lucha” también fue muy crítico del gobierno de Pou, pero hizo foco en los cambios en el mundo del trabajo, planteó el problema de no comprender a la nueva clase trabajadora y perder la representatividad de la clase.
Así también, fue muy crítico con la relación entre la central con el Frente Amplio y la necesidad de discutir la forma de gobierno de la central.
Por último, el documento de la Coordinadora planteó la disyuntiva entre “dos paradigmas o concepciones sobre el rol de la lucha sindical”: por un lado, “la visión que sostiene la llamada teoría de los bloques sociales y políticos y, por otro, la concepción histórica que inscribe la lucha sindical bajo el principio rector de la independencia de clase y la unidad para luchar”.
Hasta aquí las formalidades y los posicionamientos ideológicos, pero lo cierto, es que, este congreso articula una estructura de poder que excede lo sindical y se posiciona frente a las próximas elecciones generales, en qué el Frente Amplio pretende volver a la presidencia de la República.
Las corrientes mayoritarias pretendían una lista única de consenso con Marcelo “Turco” Abdala —dirigente metalúrgico de la Untmra y de la corriente comunista—; José Lorenzo López —de la confederación de sindicatos públicos COFE—, como vicepresidente; y Fernando Gambera, apodado “el Manso”, como secretario general.
Aquí apareció el Sindicato Policial, sexto gremio en cantidad de delegados, no le gustaba Abdala como presidente por ser muy combativo y se inclinaba por una impronta más moderada, como era la de Pereira. La mayor tensión se alcanzó al pretender este sindicato llevar adelante una votación por listas y voto secreto.
Esto valió que se estudiará presentar una moción de expulsión de la orgánica del PIT-CNT al gremio policial por “represor” y ser “parte del aparato represor del Estado”.
Finalmente, cerca de la medianoche del sábado hubo un acuerdo y Marcelo Abdala fue designado presidente de la central. La Vicepresidencia fue para el actual presidente del Sindicato Único de Trabajadores del Inau (Suinau), José Lorenzo López, y la Secretaria General para Elbia Pereira, de la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP). Por su parte, el sindicato policial logró un asiento con voz y voto en el Secretariado Ejecutivo, conformado por 12 miembros.