Con un paro general previsto para el 10 de abril y una masiva movilización el día anterior, la Confederación General del Trabajo CGT de Argentina encabeza una contundente respuesta sindical contra el programa de ajuste económico del gobierno de Javier Milei. El reclamo central gira en torno a la defensa de las jubilaciones, los salarios dignos y el derecho a la negociación colectiva, derechos que —según denuncian— están siendo desmantelados en nombre del equilibrio fiscal.
Durante la jornada de huelga, los sindicatos afiliados a UNI Global Union también se hicieron presentes. “Apoyaremos las justas reivindicaciones de los trabajadores jubilados”, expresó Héctor Daer, presidente de UNI Américas y referente de la CGT, quien además reafirmó el compromiso del movimiento obrero con “una nación construida sobre el desarrollo y el trabajo decente”.
El plan económico del gobierno, implementado desde diciembre, incluye profundos recortes al gasto público. Si bien el Ejecutivo asegura que estas medidas son necesarias para estabilizar la economía, los sindicatos advierten que las consecuencias ya se sienten en los sectores más vulnerables. “Los ingresos han caído, los servicios públicos se deterioran y los bancos siguen ganando”, señalaron dirigentes sindicales en un comunicado.
La situación preocupa también a nivel regional. “Esto no es solo una crisis nacional, es una advertencia para toda América Latina”, advirtió Marcio Monzane, secretario regional de UNI Américas. Según el dirigente, cuando un gobierno “abandona sus compromisos sociales en nombre del mercado, son los trabajadores quienes pagan el precio”.
Además de exigir el fin del ajuste, la CGT reclama el cese de la represión a la protesta social, asistencia urgente a los jubilados y el respeto irrestricto a la negociación colectiva. En un contexto de creciente malestar social, el movimiento sindical argentino se planta con fuerza para defender la democracia, la dignidad y la justicia social, con el respaldo explícito del sindicalismo internacional.