Durante la reunión anual del Comité del Grupo Profesional de Trabajadoras y Trabajadores de la Agricultura (GPTA) de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), celebrada en Bogotá, Colombia, el secretario regional Gerardo Iglesias presentó un informe detallado sobre la preocupante situación que enfrentan los trabajadores sindicalizados en América Latina. En su intervención, Iglesias destacó los desafíos que afectan tanto a los movimientos sindicales como a los defensores de los derechos humanos en la región.
Violencia sindical en Colombia y América Latina
Iglesias recordó la larga historia de violencia en Colombia contra el movimiento sindical, haciendo hincapié en que el país sigue siendo uno de los lugares más peligrosos para los sindicalistas. “En 1986, cuando se fundó la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reportaba que en la última década habían sido asesinados 2,740 dirigentes y activistas sindicales”, señaló. La UITA, según el secretario regional, ha acompañado históricamente estas luchas, como en el caso del sindicato colombiano SINTRAINAGRO, que ha sido víctima de numerosas agresiones.
“La violencia no ha desaparecido, aunque no se vive en la misma magnitud que en los años 90. Sin embargo, en Colombia siguen soplando vientos golpistas”, advirtió Iglesias, refiriéndose a las tensiones políticas actuales en el país.
Preocupación por tendencias autoritarias en la región
El informe también abordó la creciente preocupación por el resurgimiento de tendencias autoritarias en América Latina. Iglesias mencionó a Honduras como un ejemplo, donde circulan rumores de un posible golpe de Estado contra la presidenta Xiomara Castro, tras años de lo que calificó como una “narcodictadura”. También alertó sobre la situación en Argentina, donde el secretario criticó las políticas laborales del gobierno actual, liderado por Javier Milei, al que acusó de adoptar medidas similares a las implementadas en España y Brasil. “Este gobierno va, sobre todo, contra el movimiento sindical argentino y no lo podemos permitir”, afirmó con contundencia.
Agronegocios y extractivismo: una amenaza para los recursos naturales
Otro de los puntos clave del informe fue la creciente presión del agronegocio y el extractivismo en América Latina, que Iglesias describió como una forma de violencia contra los defensores de la tierra. “El gran capital transnacional, coludido con el poder fáctico nacional, llega a América Latina para adueñarse de tierras, territorios y bienes comunes como el agua”, denunció. Según el secretario de la UITA, esta situación ha provocado incendios en Brasil y Bolivia, los cuales han sido planificados para expandir la frontera agropecuaria.
La violencia contra los defensores de los recursos naturales también fue un tema central. Iglesias destacó que, en 2023, 166 defensores fueron asesinados en la región, como el caso de Juan López en Honduras, quien fue ultimado por oponerse a un emprendimiento minero.
Impacto ambiental y expansión de la palma africana
El informe también alertó sobre el uso desmedido de agrotóxicos en Brasil, donde la reciente aprobación de una variante transgénica de soja de Bayer permitirá el uso de un cóctel de cuatro agrotóxicos. Iglesias criticó que Brasil permita concentraciones de glifosato 5,000 veces superiores a los límites autorizados en Europa. “Nos están envenenando”, sentenció, refiriéndose a los efectos de estos químicos en la salud de la población y el medio ambiente.
Asimismo, mencionó la expansión de la palma africana en Colombia como una amenaza tanto para el empleo como para el medio ambiente. Según el informe, aproximadamente 8,000 hectáreas de banano en la zona de Urabá podrían ser reemplazadas por cultivos de palma aceitera, lo que aumentaría la contaminación por agrotóxicos y reduciría los puestos de trabajo.
Un llamado a la resistencia y la solidaridad
En su conclusión, Iglesias hizo un llamado a la resistencia y la solidaridad entre los movimientos sindicales y populares. “Nos siguen matando, no solo por la tierra y los recursos, sino porque seguimos creyendo que un mundo mejor es posible”, declaró. A pesar de la difícil situación, el secretario regional enfatizó la importancia de mantener organizaciones sindicales fuertes y activas:“La historia de la UITA es una historia rica en acciones de solidaridad. En ese ámbito, siempre nos van a encontrar”.
