El reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo OIT, titulado «Mujeres refugiadas y migrantes de Venezuela en Perú: ¿quiénes son y qué barreras enfrentan para su integración socioeconómica?», analiza los desafíos que enfrentan las mujeres venezolanas en su proceso de inserción en la sociedad peruana, particularmente en el ámbito laboral.
Según el documento, Perú se ha convertido en uno de los principales países de acogida de población migrante en América Latina y el Caribe, con aproximadamente 1,54 millones de venezolanos viviendo en su territorio hasta junio de 2024, de acuerdo con datos de la Plataforma R4V. Este fenómeno ha transformado significativamente la dinámica migratoria del país, pasando de ser un emisor de migrantes a un destino clave para quienes buscan mejores oportunidades.
Barreras para la integración socioeconómica
Uno de los aspectos más relevantes del informe de la OIT es la caracterización de las mujeres venezolanas dentro de este flujo migratorio, quienes representan el 50,6% del total de refugiados y migrantes venezolanos en Perú (INEI 2022). Para el organismo, su incorporación al mercado laboral no solo es clave para su estabilidad económica y la de sus familias, sino también para el desarrollo del país que las acoge.
Sin embargo, el estudio advierte que las mujeres enfrentan barreras estructurales que dificultan su integración. Entre ellas, se destacan:
- Falta de acceso a empleos formales, lo que las obliga a desempeñarse en la informalidad, con bajos salarios y sin acceso a derechos laborales básicos.
- Discriminación de género y xenofobia, factores que limitan sus oportunidades y las exponen a condiciones laborales precarias.
- Dificultades en la homologación de títulos y certificaciones profesionales, lo que impide que puedan desempeñar empleos acordes con su formación y experiencia en Venezuela.
- Carga de trabajo doméstico no remunerado, lo que restringe sus posibilidades de acceso a empleos de tiempo completo o mejor remunerados.
Un reto para las políticas públicas
El informe enfatiza que comprender estos desafíos es clave para desarrollar estrategias efectivas de inclusión que permitan aprovechar el potencial de estas trabajadoras en beneficio de la economía peruana. La OIT subrayó la necesidad de implementar políticas públicas que promuevan la formalización del empleo migrante, la capacitación laboral y el reconocimiento de competencias, con el fin de mejorar las condiciones de inserción de estas mujeres en el mercado de trabajo.
