Organizaciones sindicales de Brasil manifestaron su indignación tras las revelaciones de la Policía Federal sobre un plan golpista que buscaba asesinar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al vicepresidente Geraldo Alckmin, y al ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes.
En un comunicado conjunto, destacaron la gravedad del caso, calificándolo como un acto de «crimen organizado y terrorismo». Adilson Araújo, presidente de la Central de los Trabajadores de Brasil (CTB), expresó: «Este complot es una demostración más de la barbarie que ha contaminado parte de nuestra sociedad».
El caso, que involucra a personas vinculadas al gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022), revive preocupaciones sobre la amenaza a la democracia en Brasil. «Es alarmante que estos elementos, con tendencias autoritarias y antidemocráticas, hayan tenido poder político. Ahora intentan subvertir el Estado Democrático de Derecho», señaló Sérgio Nobre, presidente de la Central Única de Trabajadores CUT.
En ese sentido, los líderes sindicales recordaron hechos recientes, como los ataques a edificios gubernamentales en enero de 2023 y actos de vandalismo en 2024, para destacar la escalada autoritaria en el país.
Para los sindicatos, los acontecimientos traen a la memoria el golpe militar de 1964 y sus repercusiones: represión, tortura y retrocesos económicos y sociales. «La democracia, recuperada con mucho esfuerzo en 1985, debe protegerse diariamente. No podemos permitir que estas fuerzas regresen al poder», declaró Miguel Torres, presidente de la Fuerza Sindical. Según los firmantes, es esencial fortalecer instituciones como el STF, las normas electorales y los principios democráticos para evitar nuevos intentos de desestabilización.
«Debemos llegar al fondo de este complot y aplicar sanciones ejemplares. Es el único camino para frenar la ola autoritaria de quienes no aceptan la voluntad del pueblo expresada en las urnas», afirmó Ricardo Patah, presidente de la Unión General de Trabajadores UGT.
En su comunicado, las organizaciones hicieron un llamado a la unidad de la sociedad brasileña en defensa del proyecto de desarrollo nacional y la inclusión social. «No se trata solo de un ataque a líderes específicos; es un ataque al futuro de nuestra nación. ¡Democracia, democracia, democracia!», concluyó Moacyr Roberto Tesch Auersvald, presidente de la Nueva Central Sindical de Trabajadores (NCST).