Este Día Internacional de la Mujer, UNI Global Union Equal Opportunities una guía que plantea la importancia de que la menstruación, la maternidad y la menopausia estén incluidas en la categoría de cuestiones de salud y seguridad en el trabajo.
Con esta campaña, la organización pretende acabar con los estigmas que rodean a «las tres M». También anima a los sindicatos a tener en cuenta estos tres procesos naturales a la hora de elaborar normas para el lugar de trabajo y en la negociación colectiva.
«Sabemos lo importante que es proporcionar conocimientos y herramientas a las trabajadoras para que defiendan sus derechos y construyan lugares de trabajo mejores, más fuertes, diversos y más igualitarios en todo el mundo», sostuvo Verónica Fernández Méndez, Responsable de Igualdad de Oportunidades.
El documento de presentación publicado por la UNI agrega que, para muchas trabajadoras, la falta de acceso a una sanidad menstrual adecuada no es sólo una incomodidad, sino un obstáculo para su participación en el lugar de trabajo, también destaca que, la ausencia de instalaciones sanitarias privadas y limpias -y la falta de tiempo de descanso adecuado para utilizarlas- pueden provocarles serios problemas de salud, como infecciones y problemas renales.
«Las personas que menstrúan necesitan espacios en los que puedan gestionar sus necesidades higiénicas de forma discreta y cómoda, sin temor a pasar vergüenza o quedar expuestas. Esta necesidad se extiende a disponer de instalaciones para desechar los productos sanitarios y acceso a agua limpia para lavarse, que son necesidades básicas pero vitales que a menudo se pasan por alto en los lugares de trabajo», agregó la propuesta.
Asimismo, esta guía convoca a los sindicatos a encabezar medidas de apoyo a las trabajadoras menstruantes, mediante la negociación de políticas de permiso menstrual, un garantía de acceso a productos sanitarios, mejoras en las instalaciones del lugar de trabajo para la intimidad y la lucha contra el estigma asociado a la menstruación.
«Los programas de educación y formación pueden fomentar una cultura de apoyo en el lugar de trabajo, que se adapte a las necesidades de las trabajadoras menstruantes y garantice el respeto de sus derechos», sostuvo.
