La Organización Internacional del Trabajo OIT publicó un informe técnico que analiza cómo las nuevas formas de trabajo en América Latina y el Caribe, como el teletrabajo y las plataformas digitales, están moldeando las características de la informalidad laboral en la región.
Según el informe, “la crisis de COVID-19, junto con las tendencias del futuro del trabajo, redefine las prioridades de las políticas nacionales de empleo en los próximos años”.
El teletrabajo, que se consolidó como una modalidad clave durante la pandemia, ha transformado la dinámica laboral en varios países de la región. Según la OIT, esta modalidad ha permitido a muchas personas mantenerse activas en el mercado laboral, pero no ha eliminado la informalidad: “El teletrabajo, si bien promueve cierta flexibilidad, no siempre garantiza la protección social ni la estabilidad económica de los trabajadores”.
En el caso del trabajo mediante plataformas digitales, el informe identifica tanto ventajas como desafíos significativos. Estas plataformas, que forman parte de la llamada “gig economy”, ofrecen nuevas oportunidades de empleo, pero también presentan problemas relacionados con la falta de regulación y derechos laborales. “Los trabajadores de plataformas digitales enfrentan altos niveles de informalidad y están expuestos a condiciones laborales precarias”, subraya la OIT en el estudio.
La investigación también destaca cómo estas formas de empleo afectan de manera diferente a distintos segmentos de la población. Por ejemplo, las mujeres y los jóvenes están sobrerrepresentados en estas modalidades laborales, lo que los hace más vulnerables a la precarización. Según la OIT, “es crucial diseñar políticas inclusivas que aborden las desigualdades estructurales y promuevan la equidad en estas nuevas formas de empleo”.
Además, el informe enfatiza la necesidad de un marco normativo más sólido para proteger a los trabajadores en estas modalidades. Propone que los gobiernos, en colaboración con el sector privado y los sindicatos, trabajen en regulaciones que reduzcan la informalidad y garanticen derechos fundamentales como la seguridad social y la libertad de asociación.
En cuanto a la economía colaborativa, el documento subraya que su crecimiento acelerado debe ir acompañado de estrategias que promuevan la formalización del empleo. Esto incluye medidas como el fortalecimiento de la fiscalización laboral y la creación de mecanismos que incentiven a las plataformas a formalizar a sus trabajadores.