La Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB) hizo un llamado a la unión de sindicalistas de todo el país, para que se exija en conjunto, al gobierno federal, la implementación del salario mínimo de R$ 1.343.
El reajuste de 10,7% propuesto por la CTB tiene en cuenta la inflación medida por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) -estimada en 5,8% en 2022-, más el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 4,6%, en 2020 – antes de la pandemia.
A pesar de los desacuerdos en el equipo económico encabezado por el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que propuso un aumento del 7,4% (R$ 1.302), bajo el argumento de que “el gobierno de Lula se guiará por la estabilidad fiscal y social”, el presidente de la CTB, Adilson Araújo, recordó en el evento que la responsabilidad fiscal no puede ser entendida como enemiga de la responsabilidad social .
Según una encuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Brasil está detrás de otros vecinos de América Latina, económicamente menos pujantes, como Colombia y Chile. Actualmente, el salario mínimo brasileño ocupa la penúltima posición en un ranking de 31 países .
“El aumento del salario mínimo es un factor estratégico decisivo para nuestro programa. Por eso creo que tenemos que pelear la buena batalla. El debate del salario mínimo no lo puede gobernar el ‘dios del mercado’, sino los que dependen del salario mínimo, los que ya no pueden llevar un supermercado”, agregó Adilson.
Según la última información oficial, el grupo de trabajo que elaborará la propuesta para recrear la Política de Mejora del Salario Mínimo, extinguida por el gobierno de Bolsonaro en 2019, tendrá un plazo de 90 días para formular un cálculo permanente para el piso nacional.
