En el marco de su 35º Reunión del Consejo Ejecutivo, celebrada en Buenos Aires del 12 al 14 de febrero de 2025, la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas CSA expresó su enérgico rechazo a las declaraciones del presidente argentino, Javier Milei, en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. La confederación aprobó por unanimidad una declaración en la que denuncia el contenido del discurso del mandatario, calificándolo como «un ataque directo contra la democracia y los derechos humanos».
Durante su intervención en Davos, Milei utilizó expresiones como «cáncer», «virus mental» y «epidemia» para referirse a diversos colectivos sociales, culturales, de género, sexuales y étnicos, así como a instituciones internacionales que promueven valores democráticos. En respuesta, la CSA afirmó que «el uso de este tipo de lenguaje por parte de un jefe de Estado no solo genera alarma, sino que también representa un peligro real en un contexto de creciente violencia y polarización».
Según la confederación, el discurso de Milei forma parte de «una ofensiva contra las bases mismas de la democracia y el Estado de derecho» impulsada por sectores de la ultraderecha global. La confederación sindical alertó que estas narrativas buscan desacreditar y debilitar a los sindicatos, los movimientos feministas, las organizaciones de derechos humanos y otras entidades que defienden la equidad y la inclusión social.
La declaración también enfatiza que los derechos a la educación, la salud y la vivienda, mencionados despectivamente en el discurso de Milei, «son el resultado de décadas de lucha de los pueblos contra las desigualdades impuestas por poderes económicos y financieros». Asimismo, rechazó la estigmatización de los derechos de las mujeres, las diversidades sexuales y los migrantes, destacando que «no son enfermedades mentales, sino avances fundamentales hacia una sociedad más justa y equitativa».
En su pronunciamiento, la organización sindical expresó su solidaridad con la población argentina y sus centrales sindicales, destacando la masiva movilización del 1 de febrero de 2025 como «una muestra del compromiso ciudadano con la defensa de los derechos democráticos».
Finalmente, la CSA reafirmó su compromiso de seguir denunciando cualquier intento de criminalizar la organización sindical y de restringir los derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras. «No podemos permitir que el discurso del odio se convierta en una herramienta de gobierno», concluyó la declaración.