Un informe de la Organización Internacional del Trabajo reveló que 55 millones de mujeres y hombres indígenas, que constituyen el 8,5% de la población carecen de acceso a servicios básicos y su vulnerabilidad se incrementó con la crisis provocada por la pandemia de COVID-19.
El documento subraya que el 52% de los indígenas ha migrado a los centros urbanos en busca de mejores oportunidades y mayores ingresos o como producto del despojo de sus tierras, razones climáticas, el deterioro ecológico, conflictos o violencia.
Según la información relevada, el 85% de los indígenas de la región se desempeña en la economía informal, una cifra muy superior al 50% de la proporción del total de la población que trabaja.
“Los trabajadores indígenas tienden a ser más autónomos o trabajadores familiares no remunerados que el resto de la población. De acuerdo con los datos disponibles, el 16% de los indígenas en edad de trabajar están en el trabajo familiar no remunerado, el porcentaje para sus contrapartes no indígenas es del 4%”, revela el documento.
Asimismo, refuerza el Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales de la OIT, que establece las garantías necesarias de seguridad social y salud de esas comunidades y recuerda que América Latina y el Caribe es la región que más ha ratificado ese instrumento internacional, con 14 de las 24 ratificaciones que cuenta hasta ahora.