El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se convirtió en el primer mandatario activo de ese país en sumarse a las manifestaciones en defensa de mejores condiciones laborales para los trabajadores del sector de la automotriz.
Las respectivas huelgas, en contra General Motors, Ford y Stellantis, buscan aumentos salariales, reducción de horas laborales y mayor seguridad laboral, especialmente a medida que la industria automotriz se enfoca en los vehículos eléctricos.
La United Auto Workers comenzó su paro el pasado 15 de septiembre, en una planta de cada uno de esos fabricantes, y en la última semana adhirió a otros 38 centros de producción de Stellantis y General Motors ante la falta de avance en las negociaciones con estos últimos.
A través de un altavoz, y portando una gorra de la UAW, el mandatario afirmó: “Wall Street no construyó este país, fue la clase media la que lo hizo y los sindicatos construyeron a la clase media, eso es un hecho”.
“Los directivos creen que el futuro les pertenece. Pertenece a los trabajadores del automóvil. Nosotros hacemos el verdadero trabajo. Nosotros tenemos el poder”, sostuvo el dirigente del espacio sindical.