En el marco del 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, el Foro Económico Mundial y la Confederación Sindical Internacional (CSI) destacaron la urgente necesidad de reimaginar el contrato social global. A pesar de los avances en conectividad económica, social e infraestructural desde entonces, problemas como la creciente desigualdad, el cambio climático y la explotación de los avances tecnológicos por grandes corporaciones están erosionando los logros alcanzados.
“El descontento con los fracasos de una globalización desequilibrada está creciendo visiblemente en todo el mundo”, señaló el Foro Económico Mundial en un reciente comunicado. Para enfrentar estos desafíos, se plantea la necesidad de un contrato social renovado que priorice a las personas y redefina el propósito del crecimiento.
Según la CSI, los pilares de este contrato deben incluir democracia, igualdad y derechos laborales, elementos esenciales para lograr estabilidad global y prosperidad compartida.
Asimismo, sostienen que los trabajadores, especialmente en sectores vulnerables como las plataformas tecnológicas, enfrentan crecientes presiones mientras sus voces son cada vez más ignoradas. “El crecimiento debe empoderar a las personas y garantizar sus derechos, en lugar de explotarlas”, recalcaron los líderes sindicales, enfatizando que la confianza en las instituciones sólo puede reconstruirse con justicia social y diálogo inclusivo.
Según el Foro, las industrias deben adoptar prácticas sostenibles que impulsen empleos verdes y fomenten transiciones justas, beneficiando tanto a las comunidades como al medio ambiente. “Esto no es sólo ético, es esencial para la sostenibilidad y resiliencia económica a largo plazo”, se destacó durante las discusiones en Davos, en el contexto de la Reunión Anual 2025 del Foro Económico Mundial.
Otro eje crítico es la inversión en capital humano. A medida que la tecnología avanza rápidamente, millones de trabajadores quedan rezagados sin capacitación adecuada, lo que genera costos sociales elevados. “Una economía resiliente depende de trabajadores capacitados, pero la inversión en ellos sigue siendo insuficiente a nivel global”, alertó la CSI.
Mientras los líderes mundiales deliberan en Davos, la CSI hace un llamado contundente: “El crecimiento, la inversión y la confianza sólo pueden florecer si los trabajadores, que impulsan nuestras economías, también tienen un papel central en nuestra visión económica”.