El Plenario Intersindical de Trabajadores de Uruguay convocó a un paro nacional de actividades para el próximo jueves 20 de febrero. La medida, que culminará con una concentración en la Plaza Independencia de Montevideo, tiene como objetivo denunciar la «desigualdad» y la «precarización laboral», así como expresar solidaridad con los sindicatos en conflicto y exigir respuestas del gobierno y las empresas ante la «crisis laboral» que atraviesan diversos sectores.
Enrique Méndez, responsable de la Secretaría de Organización del PIT-CNT, explicó que el paro es una respuesta a «despidos antisindicales, precarización laboral y el cierre de industrias que dejan a miles de trabajadores en la incertidumbre». Según Méndez, la situación afecta a diversos sectores, incluyendo la industria láctea, donde se han producido «despidos antisindicales en COLEME» y «anuncios de seguros de paro y rebajas salariales» en CALCAR. Además, denunció el cierre de la quesería y la torre de leche en polvo de LACTALIS (PARMALAT) en Cardona y Florencio Sánchez, lo que generará «más envíos al seguro de paro».
El dirigente sindical también se refirió a la «crisis» que atraviesan otros sectores industriales, mencionando el cierre de empresas como YAZAKI, NORDEX, nueve plantas frigoríficas, los laboratorios Eurofarma y Baliarda, la textil HIPERTEX y la cooperativa de portería ATENEA. Asimismo, denunció «represión sindical y despidos abusivos» en la empresa VINTELUX y «violencia y patoterismo empresarial» en FRIOPAN.
En el sector de la construcción, señaló el cierre de la empresa Balsa y Asociados y la situación de trabajadores enviados al seguro de paro en BERKES y R&K. En el puerto de Montevideo, denunció un «conflicto intrapatronal» que afectó a unos 130 trabajadores y la violación de «condiciones de trabajo, salud e higiene» por parte de la constructora china CEMEC.
Ante esta situación, Méndez exigió «respuestas inmediatas» tanto de las empresas como del gobierno, instando a «restablecer los puestos de trabajo y desarrollar un diálogo sincero y responsable para proteger los derechos laborales y garantizar la sustentabilidad de la industria«. El dirigente destacó que el paro también es una protesta «contra el modelo de desigualdad, contra un sistema económico y social que perpetúa la inequidad».
En este sentido, subrayó la necesidad de instalar un «diálogo social para una agenda nacional de desarrollo, que aborde la matriz productiva del país, el desarrollo industrial, la generación de empleo de calidad, la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, la distribución de la productividad y el respeto a los derechos conquistados».