El Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE) de Brasil declaró que al menos diez personas trabajaban en condiciones análogas a la esclavitud en una planta del grupo JBS, una de las principales empresas de procesamiento de alimentos del país. La denuncia involucra a la unidad JBS Aves, ubicada en la ciudad de Passo Fundo, en el estado de Rio Grande do Sul.
Un documento difundido por la CUT Brasil reveló que los trabajadores eran sometidos a jornadas de hasta 16 horas diarias, y su alimentación consistía en pollo descartado por no cumplir con los estándares sanitarios de la empresa. Además, algunos empleados necesitaron atención hospitalaria por síntomas de agotamiento físico.
Las autoridades constataron también trabajo forzado a través de deudas ilegales: el costo del transporte y la alimentación —cubierto inicialmente por el grupo— fue transformado en deuda con el empleador, deducida del salario diario de los empleados. El MTE determinó que este mecanismo se utilizaba para coaccionar la permanencia laboral de los trabajadores.
La cartera laboral brasileña consideró a JBS Aves como “principal responsable” de las violaciones, dado que la empresa fijaba lugares y horarios para la recolección de aves en sus granjas proveedoras. Aunque la subcontratación fue utilizada, el Ministerio subrayó la responsabilidad directa de la matriz por el control de las condiciones laborales.
El rescate de los trabajadores se produjo en diciembre de 2024, pero la oficialización del caso y la imputación formal a JBS Aves ocurrió recién en abril de 2025. La situación fue divulgada públicamente este mes a través del informe de Repórter Brasil, medio que también difundió la postura de la empresa.
Respuesta de la empresa
En declaraciones a la prensa, JBS afirmó haber rescindido de forma inmediata el contrato con la empresa subcontratada tras conocer las acusaciones. Además, aseguró haber bloqueado completamente la prestación de servicios de dicha firma. No obstante, el proceso administrativo ante el MTE continúa, y la empresa podría ser incorporada a la Lista Sucia del Trabajo Esclavo, registro federal que impone restricciones a créditos y contratos públicos.
Postura sindical
El presidente de la Confederación Democrática Brasileña de Trabajadores de la Industria de Alimentación (Contac), Josimar Cecchin, sostuvo que el caso exige acciones coordinadas y urgentes. “Necesitamos reforzar la fiscalización laboral y aumentar el número de inspectores, especialmente en zonas rurales y plantas procesadoras”, declaró.
Además de multas severas y la posible inclusión en la Lista Sucia, Cecchin llamó a consumidores y empresas internacionales a suspender vínculos comerciales con proveedores implicados en trabajo esclavo. “La sociedad no puede ser cómplice. La presión también debe venir de quienes compran y consumen estos productos”, agregó.
El marco legal
De acuerdo con el artículo 149 del Código Penal brasileño, el trabajo análogo a la esclavitud incluye jornadas exhaustivas, condiciones degradantes, coerción por deudas y restricción de libertad. Aunque la esclavitud fue formalmente abolida por la Constitución de 1988, las prácticas laborales que violan derechos fundamentales persisten y son combatidas mediante esta tipificación legal.
Este caso pone nuevamente en debate el uso extendido de la subcontratación como estrategia empresarial, así como los mecanismos de fiscalización del Estado para garantizar condiciones laborales dignas. El Ministerio de Trabajo ratificó que seguirá el proceso legal, que contempla dos instancias administrativas antes de la inclusión definitiva de JBS Aves en los registros de sanción.
