El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil recibió un reconocimiento especial de Cuba por su colaboración en el desarrollo de la agricultura urbana en la isla. Durante un acto celebrado el pasado sábado 27 de diciembre en la provincia de Sancti Spíritus, las autoridades cubanas destacaron la contribución del MST al Programa de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar (AUSUF), que este año celebró su 37.º aniversario.
El evento, realizado en la fábrica de organopónicos “Celia Sánchez”, reunió a importantes figuras de la agricultura cubana y sirvió como espacio para evaluar los logros del programa AUSUF y delinear su plan de trabajo para el próximo año. El reconocimiento al MST fue entregado por el Viceprimer Ministro de Cuba, Jorge Luis Tapia Fonseca, en compañía del Ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, y la directora nacional del programa, Elizabeth Peña Turruellas. En sus palabras, las autoridades destacaron el aporte del movimiento brasileño, particularmente en la provisión de semillas de Bionatur.
Fundado en 1987, el programa AUSUF se enfoca en promover la agricultura organopónica, una técnica sostenible de producción alimentaria en áreas urbanas. Actualmente, alrededor de dos millones de hectáreas están destinadas a esta modalidad, involucrando a más de 1,2 millones de productores y familias. Este modelo ha sido clave para mitigar la crisis alimentaria en la isla, exacerbada por el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y los recientes huracanes que impactaron severamente la producción agrícola.
Nivia Regina da Silva, miembro de la Brigada Internacionalista del MST en Cuba, explicó a Brasil de Fato que el reconocimiento refleja una tradición de la cultura política cubana. “Cuando Cuba reconoce a un sector laboral, a un deportista o a una organización, está agradeciendo su contribución al país y reafirmando las relaciones”, señaló Silva. Además, subrayó que el MST considera este gesto como “un honor” que fortalece la alianza histórica entre ambos pueblos.
Según Silva, esta relación bilateral no solo es un intercambio técnico, sino también un acto de solidaridad entre pueblos que comparten principios de justicia social y resistencia.