Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo OIT y la Organización Iberoamericana de Seguridad Social OISS revela que los sistemas de seguridad y salud en el trabajo SST han sido diseñados bajo un modelo masculino, dejando de lado los riesgos específicos que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral.
«Las mujeres enfrentan retos particulares en el mundo del trabajo, derivados tanto de desigualdades estructurales como de sesgos de género», señaló Ana Virgínia Moreira Gomes, directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe.
El estudio titulado «Seguridad y Salud en el Trabajo con Perspectiva de Género: Desafíos y Avances en Iberoamérica« expone cómo la identificación de riesgos ha priorizado sectores masculinizados, invisibilizando aquellos altamente feminizados como el trabajo de cuidados y doméstico. Esta falta de reconocimiento, para el organismo, se traduce en una menor inversión en medidas de protección adaptadas a las necesidades de las trabajadoras, lo que aumenta su vulnerabilidad.
«Es imperativo que las políticas de seguridad y salud en el trabajo reconozcan las diferencias biológicas, sociales y culturales entre mujeres y hombres», advirtió Gina Magnolia Riaño Barón, secretaria general de la OISS.
Según la OIT y la OMS, el 86% de las muertes por cardiopatía isquémica vinculadas a largas jornadas laborales afectan a hombres. Mientras que las mujeres son más propensas a desarrollar ansiedad y depresión debido a la sobrecarga de trabajo en sectores como la educación y la salud. Además, se evidencia la ausencia de equipos de protección diseñados para la anatomía femenina es otro factor de riesgo ignorado.
El informe propone soluciones como la formación en igualdad de género, la inclusión de más mujeres en los comités de seguridad laboral, la protección de la maternidad y el establecimiento de protocolos contra la violencia y el acoso.