Los empleados del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) iniciaron el pasado 10 de julio una huelga a nivel nacional, lo que afecta el análisis de beneficios como jubilaciones, pensiones y Beneficio de Pago Continuo (BPC), así como la atención presencial en las agencias. La huelga, que involucra a cerca de 19 mil trabajadores, tanto presenciales como remotos, se produce por la falta de acuerdo con el gobierno federal sobre ajustes salariales.
El Sindicato de Trabajadores de la Previsión Social y de la Previsión Social del Estado de São Paulo (SINSSP) ha advertido que la huelga podría generar retrasos en el análisis de solicitudes de beneficios, prórroga en la resolución de recursos y revisiones de pensiones y jubilaciones, además de la suspensión de la atención presencial en las agencias, exceptuando el servicio de peritaje médico.
Negociaciones y futuro del movimiento
A pesar de las rondas de negociaciones con el gobierno, no se ha logrado un acuerdo sobre el ajuste salarial para la categoría. El Sindicato ha informado que se instaló un comando de huelga para definir el rumbo del movimiento, con una primera reunión prevista para el día 12 de julio.
El instituto ha aclarado que la huelga no está relacionada con el pago del cheque de prestaciones, que comenzará a entregarse en agosto.
La medida de lucha se encuentra en constante evolución y se espera que en los próximos días se brinden más detalles sobre el desarrollo de la huelga y las medidas que se tomarán para garantizar la atención a la población.
