Miles de chilenos, encabezados por la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), marcharon el pasado 8 de septiembre en conmemoración del golpe de Estado de 1973. La manifestación, que buscaba rendir homenaje a las víctimas de la dictadura cívico militar, se vio marcada por la represión policial y la reafirmación del compromiso con la defensa de los derechos humanos.
«No podemos dejar que se naturalice el negacionismo», afirmó José Pérez Debelli, presidente de la ANEF y secretario de Administración y Finanzas de CLATE. Durante su discurso, Debelli enfatizó la importancia de mantener viva la memoria de quienes sufrieron las consecuencias de la dictadura, destacando que «la Memoria es el eje central de la lucha sindical de la ANEF».
La marcha, organizada por la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Derechos Humanos y Sociales, recorrió las principales calles de la capital chilena, congregando a familiares de detenidos desaparecidos, exiliados y víctimas de la represión. Los manifestantes portaron pancartas con los rostros de los desaparecidos y consignas en las que exigían justicia y verdad.
Sin embargo, la jornada se vio empañada por la intervención de Carabineros, que dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos y carros lanzaaguas. Esta acción policial impidió que se llevaran a cabo los actos centrales de la conmemoración y generó una fuerte condena por parte de los organizadores.
Alicia Lira Matus, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y vocera de la Coordinadora, fue la única oradora que pudo dirigirse a los presentes antes de que se produjeran los enfrentamientos. Lira subrayó la importancia de continuar luchando por el esclarecimiento de los crímenes de la dictadura y por la reparación integral a las víctimas.