El documento, firmado por el Presidente de la Asociación, Juan Francisco Sánchez, advierte que no se cumplen con las horas acordadas por semana: “Laboran nueve horas diarias, 45 horas a la semana, estando pactado en convención colectiva que esa jornada debe ser de 42 y ½ horas”.
Denuncian que cuentan con pocos minutos para ir al baño, no tienen derecho a espacios sociales y permanecen vigilados por un coordinador que les hace “seguimiento fustigante y enfermizo”.
Los representantes sindicales afirman que varios compañeros tienen problemas como escoliosis, hernias en la columna, problemas de cadera y, otras enfermedades, que les dificulta permanecer sentados durante mucho tiempo.
Incluso, se les niega el acceso a un servicio de salud, que los atienda ante una emergencias después de las agotadoras y largas jornadas, donde se encuentran conectados a una diadema, con pitidos de alerta y sin pausas activas.
“Las plataformas están programadas para asistir a seres automatizados no a humanos, situación que persiste y se agrava con las malas prácticas en las que incurren los jefes, que realizan la coordinación de los empleados”, expone el comunicado.
Al final del pedido se pide una revisión de las condiciones laborales para detectar el origen del malestar de los trabajadores y se exige que se observe el problema “desde sus implicaciones sociales para evitar hechos lamentables”.