El informe de La Organización Mundial del Trabajo y UNICEF toma como base estudios realizados en el 2010 que evidencian que, la protección social al ayudar a las familias a hacer frente a las crisis económicas o de salud, reduce el trabajo infantil y facilita la escolarización.
Sin embargo, los datos arrojan un 73,6%, es decir, unos 1.500 millones de niños de entre 0 y 14 años, no reciben ninguna prestación familiar o infantil en efectivo. Esta gran brecha de protección debe cerrarse y cerrarse rápidamente, dice el informe.
Desde el organismo advierten que, si los dirigentes políticos no actúan con decisión, la pandemia de COVID-19, los conflictos actuales, la pobreza y el cambio climático ampliarán la prevalencia del trabajo infantil en el mundo.
Cerrar la brecha de cobertura de la protección social para los niños, construir sistemas de protección social integrados, garantizar que el diseño de los programas de protección social, establecer una protección social universal para reforzar el consenso para la acción y promover la inversión en sistemas de protección social como motor del desarrollo son las recomendaciones del documento.
La proyección estima que, si no se actúa en cada territorio, el número de niños en situación de trabajo infantil podría aumentar en 8,9 millones para finales de 2022.