La Federación Internacional de Periodistas (FIP) condenó enérgicamente el asesinato de cinco trabajadores de Al Jazeera, ocurrido el 10 de agosto en Gaza, en lo que describió como un ataque deliberado contra la libertad de prensa. Entre las víctimas se encontraban los periodistas Anas al-Sharif y Mohammed Qreiqeh, y tres operadores de cámara.
El ataque se dirigió a una tienda de campaña ubicada fuera del hospital Al Shifa, donde el equipo informaba sobre el conflicto. La FIP, junto al Sindicato de Periodistas Palestinos (PJS), exige justicia y medidas concretas para proteger a los profesionales de los medios.
Libertad de prensa bajo ataque sistemático
La FIP denunció que este ataque se enmarca en una campaña de desprestigio contra periodistas palestinos, impulsada por el ejército israelí. El secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, afirmó: “Atacar deliberadamente a periodistas es un crimen de guerra y los líderes israelíes deben rendir cuentas por sus atroces acciones”.
La organización también recordó que Anas al-Sharif fue acusado públicamente por Israel de pertenecer a Hamás semanas antes de su muerte, sin que se presentaran pruebas concluyentes.
Bellanger instó a los Estados miembros de la ONU a apoyar esta iniciativa, señalando que “la rendición de cuentas de los autores de delitos contra periodistas debe estar garantizada por mecanismos internacionales”. Desde octubre de 2023, la FIP recopila pruebas para presentar una denuncia formal ante la Corte Penal Internacional (CPI).
Hasta la fecha, al menos 180 periodistas y trabajadores de medios palestinos han sido asesinados en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí. La organización remarcó que la defensa de la libertad de prensa es esencial para preservar los derechos humanos y la transparencia en contextos de conflicto.