La presidenta del Colegio Médico de Chile (Colmed), Anamaría Arriagada, manifestó su preocupación por el aumento de la violencia en los centros de salud, durante una entrevista radial este lunes. En diálogo con Radio Universo, Arriagada subrayó la urgencia de implementar medidas de protección para los trabajadores del sector, afirmando que «la situación ya ha llegado a un límite y estamos lidiando con un tipo de violencia que no respeta la vida».
La dirigente del Colmed recordó el incidente ocurrido en el Cesfam Raúl Silva Henríquez, en el sector de Bajos de Mena, Puente Alto, donde sujetos armados amenazaron al personal de salud durante la madrugada del pasado jueves. Los atacantes, tras una balacera, intimidaron a los trabajadores de turno afirmando que «reventarían» el lugar si atendían a pacientes heridos.
Arriagada describió el hecho como alarmante: “Un acto de este tipo, en que se entra a un funeral, se mata a un menor de edad y luego se sigue a la ambulancia para evitar que se ayude a otros dos heridos y se encañona al personal de salud, son realmente actos de un nivel de violencia con la que nosotros en salud no podemos lidiar”, enfatizó.
En este contexto, la presidenta del Colmed señaló que, aunque existen protocolos para enfrentar distintos tipos de violencia dentro de los establecimientos de salud, aún no se cuenta con «una preparación estandarizada desde el Ministerio de Salud en ese sentido«. Además, aseguró que «llegó el minuto» de que las autoridades adopten medidas de seguridad más efectivas.
Arriagada resaltó que el personal de salud no está preparado para enfrentar este tipo de situaciones extremas, por lo que hizo un llamado a las autoridades para que actúen de manera urgente. «Este tipo de violencia nos queda fuera de nuestra posibilidad de defendernos», afirmó. Por ello, exigió a las autoridades medidas de protección inmediatas mientras se abordan las causas de fondo con «medidas de inteligencia, de policía, de leyes».
Entre las propuestas de Arriagada para proteger a los funcionarios de salud se encuentran el blindaje de ambulancias y centros de atención, la identificación de zonas críticas, y la provisión de chalecos antibalas y cascos para el personal que realiza atenciones domiciliarias.
Este llamado de alerta surge en un momento en que la violencia en zonas vulnerables como Puente Alto ha alcanzado niveles críticos, afectando tanto a los ciudadanos como al personal que trabaja en la primera línea de la salud pública.
